El oficio del mal, una historia de seudónimos y rechazos editoriales
El oficio del mal de… ¿Robert Galbraith? A estas alturas, todos los seguidores de J.K Rowling ya saben que la autora del joven mago más famoso de la literatura contemporánea lo es también de las novelas negras del detective privado Cormoran Strike y su secretaria Robin Ellacott.
Dicen que la autora y su agente decidieron usar un seudónimo para desprenderse de la presión de sus lectores y para probarse a sí misma. La primera aventura de Cormoran Strike levantó las sospechas de la prensa británica por las buenas críticas que recibió de otros colegas de profesión. Cuando meses después se filtró la identidad real de Mr. Galbraith, El oficio del mal pasó de mil quinientas copias vendidas a cientos de miles de ejemplares, además de multiplicarse sus ediciones extranjeras y cerrarse un acuerdo para una futura adaptación cinematográfica. ¿Realmente quería Rowling abrirse paso como autora de novela para adultos o ha sido una de las mejores campañas de marketing editorial de los últimos años?
Rowling tiene una larga experiencia en el sector editorial. En sus inicios, el manuscrito de Harry Potter y la piedra filosofal fue rechazado por doce editoriales. Has leído bien, doce editoriales. Al final, lo compró una editorial de Londres siguiendo el consejo de la hija de ocho años de su editor jefe, y realizaron una tirada de 500 ejemplares.
El manuscrito de Harry Potter y la piedra filosofal fue rechazado por doce editoriales.
Pero Rowling no ha sido la única. Uno de los casos más famosos de rechazo editorial es el de La conjura de los necios de John Kennedy Toole. Considerada un clásico contemporáneo, esta novela fue rechazada por todas las editoriales que la recibieron. Tras el suicidio de su autor, su madre no se dio por vencida, logró convencer al escritor Walter Percy de que la leyera. Percy quedó fascinado con el texto y su protagonista, y colaboró para hacer realidad su publicación en la editorial Louisiana Estate University Press. No fue ningún error, al año siguiente le concedieron el Pulitzer.
La lista de grandes obras rechazadas es larga, por citar algunas: El señor de las moscas, 20 negativas, Carrie, 30 noes, Lo que el viento se llevó, 38 «sigue probando». Pero quizá el caso más inverosímil es el del Ulises de James Joyce. Esta novela irlandesa puede considerarse una de las cinco obras más relevantes de toda la literatura anglosajona. Su publicación supuso un antes y un después en la literatura universal, y su influencia en las generaciones posteriores podría compararse a la de Shakespeare en su época. Fue la librera americana Sylvia Beach quien pagó de su bolsillo la primera edición de este inolvidable libro.
Antes de descubrirse la identidad real de su atora, El canto del cuco, primer libro de esta serie, sufrió también algún que otro rechazo, tanto en Inglaterra, como en España, donde llegó en 2013 de la mano de Espasa. Un año después, se publicó El gusano de seda y hace menos de dos meses, Salamandra, la editorial de Harry Potter, presentó El oficio del mal, el tercer caso de Cormoran Strike.
La prensa inglesa ha descrito a El oficio del mal como la mejor novela de trilogía y no cabe duda que engancha desde la primera página, cuando Robin Ellacott abre un paquete que contiene la pierna de una mujer. A partir de ese momento, la trama avanza de una manera trepidante; la policía tiene un sospechoso, pero un Strike incrédulo concentra sus investigaciones en tres exconvictos, todos ellos relacionados con sus pasado.
Los lectores de John Connolly o Thomas Harris (El silencio de los corderos) adorarán esta novela, y los seguidores de Harry Potter disfrutarán de la nueva faceta de su escritora preferida. Disfruten de la lectura.