Los Mejores Libros de Relatos, alta literatura en pequeña dosis
Prosa concentrada, literatura en pequeñas dosis, género breve… hay muchos eufemismos para definir los relatos cortos. Si ya disfrutas de este formato o quieres adentrarte en él, este post es para ti.
Relato es sinónimo de sensaciones, lugares y personajes. A diferencia de las novelas, los relatos expresan un suceso único cuya lectura no distrae y absorbe de principio a fin. Cuando acabas de leer uno tienes la sensación de algo terminado y por eso es ideal para lecturas cortas, porque sabes que no hay siguiente capítulo, que la siguiente lectura es un acontecimiento totalmente nuevo. En este post podrás encontrar una selección de autores actuales y de reputado prestigio que en muchos casos han basado su producción en un género que ahora y siempre estará vigente.
Siete casas vacías – Siniestro y terrorífico, pero a la vez realista, este libro de la escritora Argentina Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978) es un compendio de relatos que abordan situaciones cotidianas desde una perspectiva muy particular, porque lo real termina en la frontera entre lo onírico y lo absurdo. “Nada de todo esto” y “La respiración cavernaria” son los textos más destacados de un libro que no tiene desperdicio y cuya autora es una de las voces más notorias del panorama actual de relatos.
Gente decente – Sólido y mordaz, este libro de la autora venezolana Michelle Roche (Caracas, 1979) aborda desde diferentes voces las relaciones familiares como un espacio que define la identidad de los individuos. Este título, Premio Francisco Ayala 2017, tiene como uno de sus textos destacados “En compañía de la ausencia”. Un libro que cuestiona la institución de la familia como núcleo vertebrador de nuestra sociedad y que se revela como uno de los libros indispensables para este año.
Crímenes – Justicia y culpabilidad son los ingredientes de Crímenes, de Ferdinand Von Schirach (Múnich, 1964), un abogado alemán que relata diversos casos en los que trabajó. Variados y crudos, los relatos son una radiografía de distintos crímenes y distintos criminales, están abordados desde una perspectiva diferente a la que está habituado este género, y nos distancian de cataduras morales convencionales. “El Cuenco de Tanata”, “Fähner” o “Legítima defensa” te atraparán sin remedio.
Microrrelatos eróticos – Frescos, sensuales y libertinos, los microrrelatos de Susana Moo no te dejarán indiferente. Pequeñas piezas en formato reducido que rezuman erotismo y desvergüenza, reflejan esos instantes en los que la fantasía nace y se convierte en imagen en nuestra cabeza. Esta edición cuenta con la particularidad de contener los comentarios de los lectores que en su momento pudieron leer los textos en su blog o en el diario El País, donde también se publicaron.
Cuentos completos – Crónica de los Estados Unidos, la recopilación de relatos de E.L. Doctorow (Nueva York, 1931) se distingue por su variedad de estilos y temáticas tales como La Gran Depresión, El Gangsterismo y la Guerra Fría. “Jolene”, “Bebé Wilson” o “Una casa en la Llanura” son solo algunas joyas dentro de una recopilación en la que colaboró el mismo autor y que no recoge los textos en orden cronológico sino en el que el propio Doctorow, uno de los más sólidos escritores de relatos de Estados Unidos, dispuso. Imprescindible.
La perla y otros cuentos – Esencia misma de la cultura y del pensamiento japonés, este libro de Mishima (Tokio, 1921 – 1970) es una alabanza a un estilo de vida en descomposición. “La perla”, “Patriotismo” y “Muerte en el estío” son algunos de los relatos destacados de este libro que es una crítica a la vida moderna y la pérdida de valores.
Cuentos Fantásticos – Sofisticados y atemporales son los cuentos fantásticos de Johann Ludwig Tieck (Berlín, 1773 – 1853). La naturaleza es el eje vertebrador de estos tres relatos, como una vuelta del hombre hacia sus orígenes, a la esencia del ser humano. Obra maestra del romanticismo alemán, tiene en “Eckbert el Rubio” su relato más destacado.
Decía Hemingway que “al terminar un cuento me sentía siempre vaciado y a la vez triste y contento, como si hubiese hecho el amor”. Nada condensa mejor la experiencia de la lectura de un buen relato.
¡Buena micro-lectura!