El club de lectura de Mad Men (I)
Ha llegado la temporada final de Mad Men, una serie con más exégetas que el Talmud y cuyo protagonista, Don Draper, el creativo publicitario más famoso del mundo, fue elegido entre los 49 hombres más influyentes de Estados Unidos. Una lista en la que compartió cartel con figuras de carne y hueso como Mark Zuckerberg y Bill Gates en la revista Askmen.com.
Para despedir a esta serie que tan bien retrata la vida americana antes del gran cambio que supuso la pérdida de la guerra de Vietnam y la llegada de un nuevo paradigma económico, varios museos se disputan la atención de los fans a fuerza de originalidad. El Smithsonian, en Washington, se centra en los trajes de los años 60 usados en Mad Men. El Lincoln Center organizó unos pases especiales de los episodios con la presencia de Matthew Weiner y el elenco televisivo. En Queens, el Museum of the Moving Image reproduce la sala de escritores del estudio de Los Angeles donde trabajaron Weiner y los ocho guionistas que participaron en la serie.
Mad Men, más que un entretenimiento, parece ser un momento histórico. Y un icono cultural.
Billy Parrott, bibliotecario de la Biblioteca Pública de Nueva York, y la productora AMC han elaborado la lista oficial de libros: 25 títulos que los personajes leen a lo largo de la serie. El cartel se publicará para regocijo de los fans y está basado en el blog de la biblioteca, en el que Parrott fue vertiendo los libros detectados en las siete temporadas.
Un club de lectura de Mad Men
En la lista oficial no están todos los que son, porque Weiner y sus colaboradores se han encargado de dejar huellas secretas para quienes quieran encontrarlas, dándole así a una de las narraciones más sofisticadas de la ficción televisiva más de una lectura.
Tanto de la lista oficial como de la más larga, muchos títulos nunca fueron traducidos al castellano. Otros están definitivamente agotados y el interesado deberá buscarlos en alguna biblioteca bien provista. Y hay unos cuantos que se pueden leer en 24symbols.
John Cheever es una de las llaves al corazón de Don Draper
Uno de los que habrá que conseguir en bibliotecas públicas es el que más salta a la vista, justamente porque nunca se lo nombra. “El nadador”, un cuento de John Cheever que no está en la edición de los cuentos completos de RBA. Tal vez lo recuerden por la película protagonizada por Burt Lancaster.
En el octavo episodio de la cuarta temporada, Don Draper está decidido a reformarse: comienza un diario y a practicar natación en el New York’s Athletic Club, solo para comprobar que está fuera de forma. Exactamente como Ned Merrill en la historia de Cheever. En el cuento de Cheever, Ned decide volver a su casa por vía acuática, usando todas las piscinas, públicas y privadas, que hay en el camino. A medida que se acerca a la casa dorada donde lleva una vida familiar también dorada, las cosas empiezan a torcerse. Cuando Ned llega a su destino, solo encuentra las ruinas de su pasado.
Los ecos cheeverianos de Mad Men no terminan aquí. El tema de ahogar los propios demonios en agua clorada reaparece en “La puerta”, el primer episodio de la sexta temporada, cuando Draper es acosado por visiones de sí mismo hundiéndose en las aguas oscuras de alguna piscina durante unas vacaciones en Hawái. Es más, los Draper, hasta su divorcio, viven en Ossining, un suburbio residencial donde John Cheever pasó gran parte de su vida productiva, escribiendo, bebiendo whisky y siendo infiel. Y la casa de los Draper está en la calle ficticia Bullet Park, que es el título de una de las tres novelas de John Cheever.
Para entender más profundamente a uno de los personajes televisivos más populares del momento conviene, entonces, darse un festín de John Cheever. Si es la primera vez que se internan en su visión infernal del sueño americano, quedarán deslumbrados.
Qué lee Don Draper que se puede leer en 24symbols
Éxodo, de Leon Uris
Cuando el equipo creativo de Sterling Cooper tiene una reunión con el Departamento de Turismo de Israel para discutir estrategias de marketing (Babilonia: episodio 6 de la primera temporada), Don se siente inseguro sobre qué estrategia usar. Invita a almorzar a una cliente, Rachel Menken, con la excusa de recabar su opinión ya que ella es judía, aunque con la intención de hacer un ligue, que no se concreta.
Los creativos de Sterling Cooper, con Don a la cabeza, empiezan a leer y a comentar Éxodo, de Leon Uris, la novela que cuenta el nacimiento del Estado de Israel a través de una historia de amor conflictiva entre un combatiente judío y una enfermera estadounidense.
Infierno, de Dante Alighieri
¿Qué hace Don Draper leyendo tercetos encadenados en Waikiki Beach mientras Megan se sirve su segundo cóctel? ¿Qué es esa voz en off que recita “A mitad del camino de la vida/ en una selva oscura me encontraba/porque mi ruta había extraviado”? Además de entrar en la crisis de la mediana edad, debe haber algún otro motivo para esta introducción al primer episodio de la sexta temporada.
Este episodio es uno de los más oscuros de Mad Men y Draper está en caída libre en su infierno particular. Megan descubre su identidad secreta; no ha podido dejar la bebida y, para colmo, vomita ostensiblemente en el funeral de la madre de Roger Sterling, su único aliado. Si algo se mueve hacia adelante en su vida es su dependencia, tanto del alcohol como de otras drogas. Draper es un Dante que aún no ha encontrado a su Virgilio y en este capítulo, que es como un viaje al mundo de los muertos, hasta su instinto publicitario lo traiciona: propone un slogan para la cadena de hoteles que lo ha invitado a Hawai que es una invitación al suicidio.
Hay otro viaje al infierno en el cuarto episodio de la séptima temporada, llamado “El monolito” porque es cuando la primera gran computadora entra en las oficinas de Sterling, Cooper & Pryde, anunciando el fin de la clase creativa. Don lee El lamento de Portnoy, de Philip Roth. Este título está tristemente agotado en castellano. Su lectura vale la pena y un viaje hasta la biblioteca.
En los próximos días continuaremos con el Club de Lectura de Mad Men: serán los libros que leen otros personajes y su relación con la narración. Una tercera entrega será sobre los libros que citan los personajes de Mad Men, aunque no aparezcan leyéndolos ante las cámaras y que, de alguna manera, están relacionados con sus destinos individuales. No se los pierdan. Y si han encontrado algún libro que no citemos mientras veían la serie, compartanlo en los comentarios.
3 Comentarios
excelente
excelente deseo las claves para orientarme en mi pais peru , lima 27 no puedo
pagar en euros interesada en adquirir sus libros ser parte del club de lectura
participar
Hola, Irma:
No necesitas pagar en euros. Tu tarjeta de crédito hará la conversión de manera automática.
Los clubes de lectura deben gestionarlos los propios lectores. Una vez que seas miembro de 24symbols, podrás tener tu propia estantería de libros favoritos y tus comentarios a cada uno de los libros que te gusten.