¿Cómo identificar una novela a la Jane Austen?

Nadie se atrevería a afirmar que las de Jane Austen son novelas románticas. Tampoco son históricas, aunque sucedan en el pasado. Los hechos, las costumbres y los personajes son contemporáneos de la autora. Sin embargo, este clásico ha inspirado uno de los subgéneros más populares de la novela romántica. Bueno, antes de que viniera el señor Grey y todo fuera manillas, látigo y cadenas. Son las románticas históricas del período de la Regencia inglesa.

La Regencia inglesa duró solo nueve años, cuando Jorge III fue declarado incapaz y su hijo, el príncipe de Gales, gobernó en calidad de regente, entre 1811 y 1820. [Y por cierto, si os pirra el período, no dejéis de ver la película La locura del rey Jorge, que está en You Tube y os arrancará sonrisas y lágrimas.] Pero el humor social y cultural abarca un período más amplio, que va de la Revolución Francesa a la coronación de la reina Victoria, en 1835. A partir de allí, desde los Pickwick Papers en adelante, ya estamos en plena era victoriana, con Charles Dickens como su máximo exponente y la Revolución Industrial triunfante.

Las émulas de Jane Austen pueden haber escrito en el siglo XX o estar ahora mismo pergeñando una compleja historia de amor, intriga y riquezas en un loft de Manhattan.

Os damos seis claves para identificar una novela romántica del período de la Regencia, que ninguna autora que se precie puede pasar por alto.

1. Precisión histórica y mucha atención al detalle. Esta es una condición sine qua non. Desde la ropa hasta los modales de los personajes deben estar representados con exactitud.

2. Mucha actividad social. Una novela romántica del período Regencia ha de estar plagada de paseos en carruaje, bailes lujosos, visitas matutinas a los amigos y parientes, idas al teatro y la ópera.

3. Matrimonios de conveniencia. Que suelen desencadenar la intriga principal. Aunque sean novelas románticas, muchas de las protagonistas han sido forzadas a un matrimonio patrimonial o luchan con todas sus fuerzas por evitarlo.

4. Diferencias de clase muy pronunciadas.  La desheredada Elizabeth Bennet y el acaudalado Mr. Darcy se repetirán hasta la saciedad en muchas imitadoras.

5. La moda como signo de status. Desde los vestidos de baile hasta los guantes y el abanico deben reflejar la verdadera condición social y económica de las heroínas, aunque terminen imponiéndose por su belleza o su honestidad. O justamente, para marcar el contraste.

6. Todas tienen algún elemento en común en sus peripecias. Hay que estar preparado para la aparición de algún misterio o un engaño. Puede incluso haber un compromiso de matrimonio falso. No faltan las falsas identidades o la confusión de las mismas.

Y si en algún momento os cansáis de las imitaciones, aquí encontraréis un pozo sin fondo de la original. En la página de Jane Austen de 24symbols.

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Jane Bennet y Mr. Bingley