Aventuras para frikis: Ready player one de Ernest Cline
Definido por John Scalzi como un “nerdgasm” -orgasmo para frikis-, Ready player one de Ernest Cline mezcla aventuras, acción y mucha nostalgia ochentera.
Estamos en el año 2044, la tierra está sumida en un caos político y ecológico de proporciones épicas: los recursos energéticos escasean, las plantas y los animales se extinguen, los niveles de violencia son altísimos y la mayoría de países están en guerra. Por suerte, en el futuro distópico que plantea Ready player one, la gente tiene una escotilla de escape hacia una realidad mejor, OASIS.
Creado por los gurús de los videojuegos James Halliday y Ogden Morrow, OASIS es una especie de red social, MMORPG y videojuego inmersivo virtual. Es un universo digital paralelo, una evolución de Internet hiperrealista, que no solo ofrece actividades recreativas, sino que acoge también negocios, escuelas, bibliotecas y universidades. Por deseo expreso de sus creadores, el acceso a OASIS es libre y universal, y ningún usuario está obligado a revelar su identidad real.
Has sido reclutado por la Liga Estelar para defender la Frontera contra Xur y la armada de Ko-Dan.
Pero esta vía de escape está en peligro desde la muerte de James Halliday. Ese mismo día, se pone en marcha un concurso para decidir el heredero de OASIS y toda su fortuna. Esta competición, conocida como La cacería, consiste en descifrar una serie de acertijos imposibles, encontrar tres llaves (huevos de pascua, fases o mensajes ocultos) y superar las puertas y retos que esconden. Para tener éxito hay que ser un maestro de las recreativas clásicas y saberse de memoria todas las referencias de la cultura popular de los 80: Zaxxon, Juegos de guerra, el Time after Time de Cyndi Lauper, Pac-Man, John Hughes, Tron y muchísimas otras.
Desde ese momento, Innovative Online Industries (IOI), un grupo de empresas de comunicación que monopoliza el acceso a Internet, pone en marcha toda su maquinaria para hacerse con el control de OASIS. Quieren acabar con el legado de Halliday, cobrar por el acceso, inundarlo de publicidad y convertirlo en un parque temático privado al alcance de unos pocos.
Gunters libres (egg hunter, cazadores de huevos) de todo el mundo se enfrentarán a ellos para evitar la destrucción de OASIS. Pasan los años y nadie consigue resolver, ni siquiera acercarse, el primer enigma, hasta que Wade Owen Watts, un joven huérfano, que malvive en los suburbios de Oklahoma y se apoda Parzival, aparece en la tabla de puntuaciones tras descifrar el primer puzzle y acceder a la primera puerta. El mundo, virtual y real, se pone patas arriba, los medios estallan y la maquinaria perversa de IOI empieza a trazar un maléfico plan que pondrá en peligro a Parzival y su vida dentro y fuera de OASIS.
El autor de esta nostálgica y multireferencial aventura es Ernest Cline, al que los más frikis conocerán por el guión de Fanboys (2009), una comedia divertidísima que cuenta como cuatro amigos de la infancia viajan al rancho Skywalker con la intención de robar una copia de Star Wars Episodio 1: La Amenaza Fantasma y ser así los primeros en verla. El propio Ernest Cline se define a sí mismo como “novelista, guionista, padre y friki a tiempo completo”. Afirma tener una colección de videojuegos clásicos alucinante y se mueve por Austin, Texas, con un DeLorean como el que aparece en Regreso al futuro.
Ready player one es una novela de ciencia ficción distópica llena de aventuras y acción, narrada desde el clásico esquema del «viaje del héroe», que tan bien le funcionó a George Lucas con Star Wars. Aunque la novela de Cline es evidentemente de corte juvenil, es una lectura recomendable para todas las edades y hará las delicias de todos los fans de la cultura popular de los 80.
Junto con Justicia Auxiliar de Ann Leckie y El Marciano de Andy Weir esta novela de ciencia ficción ha sido una de las más vendidas en los EE UU durante este último año. No solo por los beneficios que ha generado, sino por la gran aceptación de crítica y público, Ready player one se ha ganado su propia adaptación cinematográfica. Y no de la mano de un cualquiera, sino del mismo creador de ET, Tiburón o Indiana Jones, Steven Spielberg. Zak Penn, creador de la inolvidable película de metaficción El último gran héroe, y curtido en mil películas de superhéroes y acción (Los Vengadores, El increíble Hulk, X-Men. La decisión final, …) lo acompañará como guionista. ¡Diversión garantizada!
Si cuando acabes esta lectura te quedas con ganas de mundos apocalípticos, realidades distópicas y videojuegos, dale una oportunidad a Reamde de Neal Stephenson o la nueva obra de Matthew Mather, Crónicas de Atopía.