7 libros para leer en el armario (o a pleno sol)
La homosexualidad no es un tabú, al menos cuando se trata de negro sobre blanco. Y es una suerte, porque la literatura de temática LGTB (Lesbiana, Gay, Transexual y Bisexual) es esencial para quienes necesitan referentes para aceptar una identidad sexual que parece no tener hueco en su entorno.
El haz de luz de esas historias y personajes con pluma centellea en la penumbra del armario y se proyecta sobre una cerradura que termina por ceder. Sin ellas, se ven obligados a retorcer tramas, a acechar entre líneas para dar caza furtiva a ciertas escenas y personajes que pueden o no ser lo que parecen, como ocurre con El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de R. L. Stevenson. Pero eso es lo de menos.
En 24symbols hemos hecho una selección de novelas de temática homosexual. Se trata de una pequeña muestra, porque pocas veces un fondo de armario fue tan amplio como el que guarda títulos de temática gay en la historia de la Literatura. Os sugerimos algunos de ellos:
1. El lustre de la perla. Sarah Waters. Anagrama.
Sumérgete en un viaje literario alucinante al reverso más transgresor y excitante de la Inglaterra victoriana. Sarah Waters se decide a escribir la novela lésbica que le hubiera gustado leer y te cuenta el despertar sexual de una pueblerina que cae rendida a los pies de la estrella travestida de un espectáculo de variedades de tournée por la costa de Kent.
Así arranca una odisea emocional, carnal y vital que llega a su cenit en el Londres de 1890, donde el postre de muchos gentlemen es un chapero del East End, donde viudas ricachonas corrompen jovencitas en orgías a puerta cerrada y se multiplican los «homotugurios» para ellos y ellas.
El impagable tapiz de una época fascinante y sórdida, la carga de humor, de aventura y de sexo explícito perfectamente dosificado en la trama y el talento de Waters se alinean para regalar al lector una novela impecable.
La BBC produjo una adaptación homónima en tres capítulos en 2002, que fue tan polémica como exitosa.
2. De Profundis. Oscar Wilde. Siruela.
Dotado para la irreverencia y la literatura, Oscar Wilde pagó un precio extremo por negarse a vivir encorsetado en la doble moral victoriana. A través de su escarnio público esa sociedad podrida de culpa e hipocresía creyó purgar sus pecados, sin lograrlo.
Más allá de sus novelas, cuentos y piezas teatrales cargados de inteligencia, de humor y de ironía y llegado su vía crucis de vergüenza, ignominia y traición, Wilde redactó desde la cárcel de Reading una carta a su amante y detonante de la caída: el joven lord Alfred Douglas.
En ella, con la lucidez sólo reservada a los quebrados por el dolor más intenso, deja entrever al hombre complejo y sensible hasta entonces atrincherado tras la máscara del hedonismo extremo, y demuestra una vez más que quien posee el talento creativo es capaz de crear belleza hasta en las condiciones más extremas.
Hay una adaptación cinematográfica de la vida de Wilde, protagonizada por Stehpen Fry en 1997.
3. La espera posible. Grecia Cáceres. Foc.
Entre las nuevas voces de la literatura latinoamericana hay algunas que compensan su escandalosa exigua repercusión mediática levantando un universo literario propio y poderoso. Es el caso de Grecia Cáceres, que en La espera posible reinventa el Perú de principios del siglo XX y lo adereza con una relación lésbica en un marco indigenista y con un estilo entre intimista, romántico y gótico cautivador.
En la novela, una joven que acaba de perder a su madre trata de reconstruir sus vínculos con ella y con el padre ausente a través de conversaciones con su carismática y ambigua tía Francisca, mientras el país se transforma y la emergente clase media local desbanca a la hasta entonces dominante aristocracia extranjera.
La voz de Isabel va dibujando un paisaje interior abrumador que se proyecta sobre un exterior convulso, violento y lleno de secretos.
4. Una madre. Alejandro Palomas. Siruela.
Alejandro Palomas te pone un cubierto más para celebrar la Nochevieja más explosiva, catártica y divertida que puedas imaginar.
Será en la casa de Amalia y, aunque creía que se moriría sin lograrlo, acudirá su familia al completo: sus tres hijos (Silvia, Fer y Enma), su hermanísimo (el tío Eduardo), el perro de Fer y su propia perra. Hubo un marido, pero se esfumó y no está, ni quieren que esté, aunque sí el «compañero» nórdico de Silvia y la novia de Enma. Y los dramas y secretos que cada uno reserva para los postres.
El nubarrón en forma de hongo que está suspendido sobre la mesa se va ensanchando y amenaza con descargar la tormenta emocional ya desde el primer vino. Una novela coral con epicentro en la silueta entre delicada e inocente de una madre que, con salidas de órdago y una inocencia letal, logra que todos bailen a su son.
5. Lovetown. Michal Witkowski. Anagrama.
Pionera de la narrativa queer de la Europa del Este —sí, y se publicó en 2005—, Lovetown pone en pie de guerra a dos reinonas de la vieja escuela escandalizadas ante las nuevas formas de «ser gay» en la Polonia de los años 90.
Demasiado aburridos: que si matrimonio, que si hijos, que si visibilidad y normalización. Antes, en los 70, bajo el férreo control del comunismo, se pecaba más y mejor, y estas dos travestis asilvestradas pecaron como si no hubiera un mañana. El escenario era sórdido, sí, su ecosistema marginal y peligroso, también, pero con un par de tacones, algo de cuero falso, mucha lentejuela y un buen pelucón todo se veía en technicolor.
Personajes, anécdotas, sexo desenfrenado y dos formas antagónicas de ser y de vivir la homosexualidad en la Polonia de ayer y en la de hoy.
6. La piedra oscura. Alberto Conejero. Ediciones Antígona.
Lo que no se haya escrito ya sobre los homoescarceos de Lorca se terminará escribiendo, eso seguro.
Por alguna razón la vida sentimental del poeta granadino y las teorías sobre los nombres detrás de los versos de Los Sonetos del amor oscuro son la materia de la que se nutren muchas, muchísimas ficciones. Por suerte algunas muy buenas.
Es el caso de esta pieza de Alberto Conejero, que recrea la que pudo haber sido la última noche con vida de Rafael Rodríguez Rapún y otro preso que, confinados en un hospital militar de Santander, aguardan el alba y quizás una sentencia de muerte.
Ambos comparten peticiones y secretos, y por entre los de Rafael, que fue entre otras cosas secretario de la Barraca y amigo íntimo de García Lorca, el nombre del poeta resuena con especial y significativa viveza.
7. Nembrot. José María Pérez Álvarez. Uno y Cero Ediciones.
Levantada con una arquitectura narrativa arriesgada pero efectiva, Nembrot irrumpió por la puerta grande en el panorama literario en español el día en que Juan Goytisolo la señaló como la mejor novela del 2003. No le faltaba razón, y el aluvión de buenas críticas llegó tarde, pero llegó. Y gracias a eso este artefacto literario tan extraño llegó a lectores de todo pelaje, hasta convertirlo en texto de culto en según qué sectores no exclusivamente gay.
En la novela, José María Pérez Álvarez condena a dos seres antagónicos a terminar juntos porque lo único que tienen en común pulveriza todas sus diferencias. Y es que Ernesto —escritor profesional que reniega de su obra y de su nombre, pero no de una vida intensa— y Horacio —lector empedernido y empecinado en vivir la vida desde un butacón— ni quieren ni pueden estar solos. Lo que no intuyen es que, además, quieren estar juntos.
Como decimos, por suerte, el fondo para leer en el armario no tiene fin. Así que si quieres continuar tu paseo literario de este lado del arco iris con más títulos de narrativa del género LGTB sigue la senda de baldosas que te llevan más allá del arco iris.
